¿Qué está pasando con el análisis de los hongos?

El científico responsable del proyecto Saca La Lengua es el Dr. Toni Gabaldón, jefe del grupo de Genómica Comparativa de la unidad de Bioinformática y Genética. Su laboratorio se ha especializado en el estudio de los hongos, en concreto en la identificación de especies gracias a herramientas de bioinformática como la secuenciación, las comparaciones de secuencias o la construcción de árboles filogénicos. Una de sus líneas de investigación se basa en la mejora del diagnóstico de enfermedades provocadas por hongos, con el objetivo de hacerlo más rápido y ponerlo a disposición de las clínicas.

En el proyecto Saca La Lengua nos propusimos no solo estudiar las bacterias de la boca, sino también los hongos, lo que nos ha supuesto muchos retos en la extracción del ADN de los hongos de la boca. Ver noticia .

Uno de los retos fue debido a que no existe hasta ahora ningún estudio previo de los hongos a gran escala. Las referencias en las que nos hemos basado para elaborar nuestro propio protocolo de extracción de ADN son estudios del virus VIH realizados en grupos poblacionales de máximo 20 personas.

Una vez definido el protocolo de extracción del ADN de los hongos, era necesario automatizar el método, donde nos encontramos con otros retos. Estos retos nos han obligado a realizar más experimentos, tanto de extracción de ADN como de cultivo de hongos.

Con el fin de tener más material y hacer más pruebas, hemos vuelto a dos institutos de Barcelona que participaron en la fase II del proyecto.

De momento estamos verificando algunas hipótesis y esperamos poder secuenciar el ADN de los hongos durante este año escolar.

Todos estos obstáculos o imprevistos (retrasos de tiempo, cambios en los protocolos por la obtención de resultados no esperados, etc.) no son problemas, sino que forman parte del día a día de la investigación en ciencia.

Nosotros estaríamos encantados de proponer nuevos retos, protocolos, o experimentos, pero, para no retrasar el concurso de Saca La Lengua, éste se basa tan solo en los datos de las bacterias del microbioma oral de los casi 1.600 participantes.